Estaba sentada en el alféizar de la ventana, las nubes apoyaban a sus sentimientos y las lágrimas resbalaban por sus mejillas. De pronto él llegó...
- ¿Qué ocurre, porqué lloras?
- Nada - respondió y lo miró a los ojos, tratando de decirle todo a través de una mirada, pero el la interrumpió acercándose y dándole un abrazo.
- ¿Porqué me abrazas? - preguntó.
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