lunes, 7 de enero de 2013

Y de repente llegó la noche y con ella la oscuridad.
No nos dimos cuenta como llegamos hasta allí de aquella manera y sin saberlo, nos estábamos gritando a la cara y la gente nos miraba.
Escupimos las palabras por la boca, escupimos porque no supimos decirnos, ni hablar lo que sentíamos y ahora, allí de pie en aquel lugar en medio de la oscuridad y con los ojos llenos de lágrimas... nos hacíamos daño como jamás pensábamos que nos lo haríamos.
Se trataba de decir aquello que jamás hubieras dicho, aquello que hubieras guardado por no herir y exagerarlo y en un momento en el que la cosa no podía ir a más, nos callamos.
Vimos como el dolor había echo mella en nuestros rostros.
Sentíamos un vacío en el interior, al menos mi corazón me dolía, me dolía tan fuerte que podía sentir como se retorcía dentro de mi.
Cómo volveríamos a querernos después de aquella situación?
Cómo volveríamos a mirarnos después de hacernos tanto daño?
Pero sin querer y a las vez, de nuestras bocas salieron dos palabras "Lo siento".
Tan grande y tan pequeño.
Como si la magia nos hubiera embriagado porque no era nuestro momento, o quizás si, pero nos queríamos demasiado, nos abrazábamos.
Entendí que solo podía tenes una discusión con el de esa manera y que solo el me abrazaría después de aquello.

Estuve tan cerca de perderlo, que cada día estoy mas cerca de estar a su lado toda la vida.

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